Capeando el temporal

Afortunadamente, y comparando con los destrozos que en Donostia causó el temporal de abril del año pasado, éste que nos acaba de dejar no ha sido tan dañino. Sí que ha causado desperfectos –gracias a Dios ninguna víctima, al menos en Donostia- pero ni de lejos tan graves como el último temporal que llegó a estas costas.

Las previsiones, no obstante, se cumplieron, y el viento llegó a rachas de 150km por hora y las olas, en efecto, fueron de 12 metros. Los ciudadanos y comerciantes de la zona que linda con el Paseo de Salamanca, la calle Aldámar y la Parte Vieja ya se habían preparado para proteger portales y comercios. Menos mal que no la cosa no llegó a mayores.

El Día de Donostia el clima fue bueno, exceptuando un rato que la lluvia molestó a la tamborrada infantil. Quien más quien menos se temía lo peor viendo la lluvia y el viento que azotaban el lunes por la tarde. Pero a partir de la noche, y a las 12,00h del 19 de enero, hora en la que comienza la Fiesta, ni una gota de agua y temperatura soportable. Es como si el Santo Patrón hubiera puesto su mano para que los donostiarras pudiéramos hacerle los honores.

Por eso, a las 12,00h, en la Plaza del Chofre del Barrio Gros, la Tamborrada de la Sociedad Umore-Ona, de las pocas centenarias de la ciudad, izó la bandera a redoble de tambores y barriles mientras sonaba la Marcha de San Sebastián del Maestro Sarriegi. Fue emocionante. Luego recorrió las calles del barrio hasta las 3,30h animando a los presentes con las clásicas piezas. Nosotros acompañamos a Umore-Ona (que, por cierto, hace una parada al lado de nuestra tienda) por todo el recorrido y nos lo pasamos en grande. Al igual que el resto de las personas.

Ahora que llega la calma habrá que ir pensando en los carnavales para animarse y olvidar temporales climatológicos y otros económicos, como el de la consabida crisis, que no sabemos cuándo llegará a su fin.