sábado, 9 de enero de 2010

Javier Postigo publica "A las 10 en casa (Miguel Imaz,1)", memoria emocional de una época y de un barrio

Así se titula el último libro de Javier Postigo, donostiarra ilustre, del Barrio Gros, gran escritor, a quien tenemos el honor y el gusto de conocer.

Este relato es “una celebración de la memoria”, como se dice en el mismo. Son recuerdos de su vida en un barrio donostiarra, el de Gros, recuerdos de vivencias que ya se han perdido inexorablemente. Se siente que el autor siente el Barrio como suyo, y su biografía, de alguna manera, queda proyectada en el libro.

Este libro transita por cada una de las calles del Barrio y se detiene en homenajear a muchos de sus habitantes. Pero al mismo tiempo, A las 10 en casa (Miguel Imaz, 1) es “un magnífico libro de bitácora familiar, donde vive el padre centenario, guardián del templo, del santuario del tiempo” Se refiere a una calle al ladito de nuestra tienda.

Y es que el libro hace un repaso y un recordatorio de muchas tiendas, bares, locales comerciales... que fueron y algunos todavía son. Los que han dado pulso al mismo. Y en ese repaso, Postigo ha citado a la Perfumería MADY, nos menciona, en la página 97. Toda una distinción y un honor para nosotros. Será porque llevamos 56 años en Usandizaga, 19, muy cerca, como hemos dicho, del hogar de Postigo (Miguel Imaz, 1)

Os recomendamos que leáis este precioso y entrañable libro que hará brotar sentimientos melancólicos en vosotros, sobre todo a los que son “de Gros de toda la vida” Porque aparecen citados muchos nombres y familias.

El autor dice, casi al final: “Estoy convencido de que Miguel Imaz, 1 se ha repetido en cada calle de Gros, de Donostia y de Guipúzcoa. Ocurrió también en el 17 de la calle Mejía Lequerica en Madrid, en el 8 de la Plaza de María Pita en La Coruña, en la calle José Antonio Aguirre en Bilbao, en el 23 de la calle Postigo en Sevilla… Con otros nombres y otras anécdotas, pero con los mismos pupitres y procesiones, parecidos juegos y canciones, iguales inquietudes de adolescentes, servicio militar y auxilio social; más o menos recursos, con más o menos estraperlo, parecido baile en la plaza y última fila del cine en sesión continua; amores eternos que duraron una semana, amigos para siempre que hemos olvidado, riñas de hermanos, risas y bofetadas; obediencia forzada a padres, profesores y curas; sisas en el monedero, txingos o rayuelas para ellas y canicas para nosotros; corbatas con goma y tarlatanas, medias y pañuelos…” (pág. 99)

Es una delicia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La perfumería Mady forma parte de nuestro imaginario infantil y Aurorita, su dueña, de nuestra historia. Hemos crecido entre sus perfumes, sus colonias y sus antiguos medidores de líquidos aromáticos que vendía a granel. ¿Para regalo?, preguntaba antes de envolverlo primorosamente.
Todos los veranos, Aurorita colgaba
en la puerta de la perfumería enormes balones hinchables, azules con letras blancas de la marca NIVEA, que anunciaban playa, en esos días soleados de luz húmeda, la única capaz de iluminar con olor a tierra tras las tormentas de verano.
Aurorita soportó pacientemente catervas de críos que queríamos aprender a "vender". Nos colábamos en los mostradores, subíamos al desván y nos arumbábamos entre paquetes de Myrurgia y antiguos tarros de cristal, seguramente del fundador Don Pedro Marrodán.
Aurorita tenía la piel muy tersa, los ojos claros y hacía de su negocio uno de los lugares de tertulia más animados de los que vivíamos en Miguel Imaz, Usandizaga y la Zurriola.
A veces la visitaba su hermana, cara de porcelana y una trenza larguísima con dos niños: Pedro y Elena. Ellos se han hecho cargo hoy de MADY, el único negocio que ha sobrevivido a los que no soportaron los tiempos modernos: La tienda de ultramarinos La Maña, la Pescadería Ramonita, Aldana, Tranportes la Guipuzcona, el Aitzgorri, el Ichaso, etc..que conformaban todo el universo de la calle Usandizaga, con comercios que surtían a todo el barrio y uan clientela estupenda, como decía mi madre. "Gente buenísima".
Enhorabuena por este iniciativa Elena y Pedro.
saludos
Carmen Postigo
Carmen Postigo

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Estimada Carmen: ¡¡Muchísimas gracias!! por las palabras de elogio que nos dedicas (a nuestra tía y madre le han hecho mucha ilusión)y por tu emotiva y preciosamente descrita descripción de nuestra tienda y del barrio. Enhorabuena a ti y ya sabes donde estamos para lo que necesites. Un fuerte abrazo, Pedro y Elena.

Mariam dijo...

He estado estos dias en Donosti y compré el libro...que de recuerdos... Batanero...mady...Santy que en aquella década tan estupenda por lo menos para mi ya estaban...A aurora la compre mis primeras pinturas de señorita...y algo debieron de hacer en mi fisonomía que llegue a ser Reina del Real Motoclub...y vosotros los Postigo todos entrañables...ver una familia tan numerosa para mi era algo extraordinario...Victor y Ramonita enhorabuena por vuestros hijos...por cierto Javier eres igualito a tu padre...Y con respecto a los Corsarios tengo muchas fotos de ellos...pegadas en un viejo album lleno de recuerdos...y del grupo en el que cantaba Emilio Fiel...fotos que siempre han estado conmigo...Debo decir que al leer el libro he sonreido y he derramado alguna que otra lagrimita y me emocione cuando vi que nos nombrabas a mi hermana y a mi detras de toda la fila de hermanos...En fin que tengas mucha suerte en esta etapa de escritor...Un besote "mi querido profesor"...Máriam Abancéns

Pedro Javier Gonzalo Marrodán. dijo...

Estimada Mariam: Tu comentario es entrañable y estamos de acuerdo contigo en que leer el libro de Javier es todo un ejercicio de nostalgia y también de alegría. Nuestros maquillajes en todo caso, Marian, realzarían tu belleza natural intrínseca y el premio te lo tuviste bien ganado por ello. Es un honor para nosotros que te acuerdes de nuestra tienda y que compraras tus primeras pinturas en nuestro comercio. Y del libro de Javier... ¡qué vamos a decir que no hayamos dicho ya! Es inefable, y todo aquel que sienta el barrio Gros y quiera recordar aquella época, con sus calles, sus gentes, sus comercios... tiene un pasaje por el túnel del tiempo si lo lee. ¡No os lo perdáis!

Con cariño para Marian de Pedro, Elena y, por supuesto, Aurora